Tom Clancy’s Ghost Recon Breakpoint

Desde hace bastante tiempo que Ubisoft está a la caza de tener un juego de mundo abierto que nos sorprenda a todos. Y, para ser justos, un poco ya lo ha logrado con los últimos dos dos juegos de la franquicia Assassins Creed.

Pero como el publisher francés decidió este año darle un descanso a la saga de los asesinos y templarios, pensando quizás en las nuevas consolas que saldrían en 2020, buscó agrandar aún más otra licencia que también incursionó en el concepto de “juego que nos ofrezca un enorme mapa para explorar”. Nos referimos a Tom Clancy’s Ghost Recon.

La nueva entrega de esta franquicia, Ghost Recon: Breakpoint, apuesta por más de lo que hizo su antecesor, Ghost Recon Wildlands, que fuera recordado principalmente por su desafortunado argumento, que le valió críticas más que fundadas del gobierno boliviano, donde se situaba la acción.

En este caso, al menos, se apuesta por un lugar fitictio, la isla de Auroa, situada en el Pacífico Sur. En dicha isla se instaló un millonario llamado Jace Skell, y desarrolló un imperio de armamento militar que se ha vendido al mejor postor. Tras el hundimiento de un barco del ejército estadounidense en las costas de Auroa, la CIA envía a un grupo de soldados de elite del escuadrón Ghost para descubrir qué es lo que está ásando en la isla.

La historia realmente zafa, básicamente porque no busca más que entretenernos como lo haría una película de acción ochentosa de nuestro ícono de acción favorita. Ayuda un poco que el villano principal, un ex Ghost llamado Cole D. Walker quien lidera a los Wolves, un grupo de elite paramilitar en Auroa, cuente con la voz del reconocido actor Jon Bernthal, a quien muchos recordarán por haber encarnado al Punisher en su serie de Netflix.

Como decíamos, Breakpoint es un juego de mundo abierto. Incluye un mapa enorme para recorrer, tanto a pie como detrás de motos, camiones y hasta helicópteros, y un sinfín de armas de todo tipo para acabar con enemigos. Realmente el mapa es gigante, con cientos de misiones, tareas, etcétera. Lamentablemente ese es su principal problema.

El juego básicamente muestra todo lo que podés hacer antes de la primera hora, no hay una sensación verdadera de progreso, más allá que los elementos de rol (subir de nivel y mejorar atributos) está presente. Rápidamente todo se resume en “andá al punto a, mata a estos malos”. Breakpoint también es un juego pobre en cuanto a manejo de interfaces, saber guiarse en el mapa es realmente un problema por ejemplo.

Si, en el medio nos topamos con escenarios muy bien implementados, sobre todo por como se recreó la vegetación, paisajes y demás, y realmente cada secuencia de acción puede encararse de diferentes maneras, tanto de forma sigilosa, usando camuflajes, o de forma más directa. Pero esto, al menos a mi parecer, no le otorga demasiadas variantes al juego como para recomendarlo.

Compartir
Artículo anteriorDucky & Akko Zero 3084
Artículo siguienteAsí sera la interfaz PCI-Express Gen 6.0
Fanático de la tecnología desde tiempos inmemorables, analista programador y reviewer de productos de hardware & periféricos.