El 2023 marcó un hito para la industria de datos, con un aumento récord debido al incremento del tráfico y la capacidad de procesamiento a nivel mundial, que, según un informe realizado por DE-CIX, ha experimentado un aumento del 23% en comparación con 2022. Pero ¿qué hace que los centros de datos sean tan relevantes en la actualidad?
Imaginemos el inmenso ecosistema digital que sustenta nuestras actividades más cotidianas, desde transacciones bancarias y uso de redes sociales, hasta plataformas de streaming y servicios médicos a distancia, por ejemplo. Cada interacción genera datos que deben ser almacenados, procesados y distribuidos: los centros de datos son los pilares que sostienen toda esta infraestructura, asegurando que nuestras aplicaciones y servicios online funcionen sin problemas.
Un buen ejemplo es la industria del comercio electrónico. Estas plataformas dependen en gran medida de los centros de datos para manejar vastos volúmenes de información, desde el procesamiento de múltiples pedidos simultáneamente y el seguimiento del stock, hasta la personalización de recomendaciones de productos con inteligencia artificial (IA). Detrás de cada clic que damos, hay una compleja red de servidores y sistemas que aseguran que nuestra compra se complete de manera rápida y segura.
En 2024, se observa una clara tendencia hacia la optimización de estos centros. Las empresas están buscando repensar sus infraestructuras obsoletas y consolidar recursos para mejorar la eficiencia operativa y reducir el consumo energético, considerando que los data centers representan una porción significativa del consumo global de energía. Este escenario no solo implica una revisión de hardware, sino también una reevaluación de las capas de software para maximizar el rendimiento y minimizar costos.
En esta línea, para algunas empresas e industrias, una de las principales tendencias este año es la virtualización, que se presenta como una solución que implica la creación de versiones virtuales de recursos tecnológicos, permitiendo que múltiples máquinas compartan un solo servidor físico, lo que reduce la cantidad de hardware requerido y, por ende, los costos operativos asociados.
Además, con la virtualización, las empresas pueden ajustar la capacidad de sus servidores virtuales según la demanda, lo que simplifica la gestión y la escalabilidad. Pensemos que esta flexibilidad es fundamental para adaptarse a las fluctuaciones en la cantidad de datos y las necesidades del negocio, sin comprometer el rendimiento. En el caso del e-Commerce, esto es clave para épocas de descuentos y promociones o eventos importantes como el Hot Sale o el Black Friday, por ejemplo.
Sin embargo, no todo se centra en los grandes centros de datos, ya que se está generando un desafío creciente con la necesidad de procesar datos en tiempo real, directamente en el borde de la red (lo que se conoce como Edge), donde se originan y se consumen estos datos. Sin dudas, esto impulsa la necesidad de construcciones ágiles y distribuidas de manera que puedan manejar cargas de trabajo intensivas con baja latencia (que es el tiempo que transcurre entre un estímulo y la respuesta que produce).
En este panorama tecnológico en el cual la industria de los datos es guiada constantemente por nuevas tendencias y desafíos, la IA se posiciona como la gran protagonista e impulsadora de la evolución. De hecho, según IDC, se espera que las 5.000 empresas más importantes de América Latina destinen una parte importante de su presupuesto de TI a iniciativas de IA para el 2027, lo que generará un aumento en la innovación en productos y procesos relacionados, entre los que se encuentran los data centers.
En resumen, el futuro de los centros de datos no solo implica una expansión en infraestructura y capacidad de procesamiento, sino también una transformación hacia la eficiencia y la optimización, con foco en el rendimiento, pero primordialmente en el consumo energético. Es crucial que cada sector y negocio identifique sus necesidades en términos de manejo de datos para encontrar el combo de soluciones que garanticen la satisfacción de las demandas digitales actuales y del futuro.