Al momento de comprar el sistema de almacenamiento para nuestra computadora, no solo debemos prestarle atención a la capacidad de almacenamiento que necesitamos, esta también debe cumplir una serie de condiciones específicas que influyen en su velocidad, las opciones de conectividad, el tipo de formato, etc. Sean bienvenidos una vez más a Technoreviews, en el dia de hoy veremos los distintos tipos y formatos de unidades de almacenamiento que existen, para que seas conciente y estes lo suficientemente capacitado al momento de realizar cualquier compra. Sin más preámbulos, comencemos.
Probablemente, la característica más importante que debas considerar al comprar una unidad de almacenamiento, junto con la velocidad de transferencia, sea la cantidad de datos que puede almacenar. Cuanta mayor capacidad, más datos podrá guardar el disco, así que pensá bien el uso que le vayas a dar antes de comprarlo. A continuación voy a nombrar las diferentes unidades para medir la cantidad de memoria y sus equivalencias:
-1.000 Kilobytes equivalen a 1 Megabyte
-1.000 Megabytes equivalen a 1 Gigabyte
-1.000 Gigabytes equivalen a 1 Terabyte
-Y 1.000 Terabytes equivalen a 1 Petabyte
Para que te des una idea, un videojuego promedio pesa entre 40 y 60 GB y una canción 4 MB aproximadamente. Si compras un disco duro de 1 Terabyte podrías almacenar en él 250.000 canciones o 50 videojuegos.
Durante el transcurso de esta guia voy a nombrar diversas siglas o abreviaciones que deben entender su significado para una mejor comprensión del video, estas son:
RPM: revoluciones por minuto
Como mencionamos anteriormente, existen diversos tipos de unidades de almacenamiento, a continuación nombrare cada una de ellas para que entiendas sus diferencias y cual te puede llegar a convenir más según las necesidades que presentes.
Comenzaré hablandote sobre el sistema de almacenamiento más utilizado hasta la actualidad, el HDD; sus siglas significan: “Hard Disk Drive”, o por su traducción al español “Unidad de Disco Duro”. La primera empresa en comercializarlos fue IBM en 1956. Están compuestos de piezas mecánicas y utilizan el magnetismo para grabar los datos y archivos. Se compone de uno o varios discos rígidos unidos por un mismo eje y que giran a gran velocidad dentro de una caja metálica. En cada plato y en cada una de sus caras, un cabezal de lectura/escritura lee o graba los datos sobre los discos. Cuanto más finos sean los discos mejor será la grabación, y cuanto más rápido giran a mayor velocidad se transmiten los datos, tanto a la hora de leerlos como al escribirlos. Por lo general, la velocidad de los discos duros suele ser de 5400 o 7200 RPM, aunque en algunos discos basados en servidores pueden llegar hasta los 15.000 RPM.
Los discos duros utilizan diferentes interfaces para poder interactuar con la placa madre y entre estos podemos mencionar los SATA, IDE, SAS o SCSI. Existen varios tipos de fabricantes de discos duros, como Fujitsu, Hitachi, Samsung, Seagate y Western Digital.
En cuanto al tamaño, las cajas de los discos duros mecánicos pueden ser de 2,5 o de 3,5″. Su precio puede variar dependiendo de este tamaño, pero sobre todo de su capacidad de almacenamiento. Y ya que estamos hablando de su valor, es importante mencionar que los HDD son las unidades de almacenamiento más económicas que se pueden encontrar en la actualidad, con lo cual, si contas con un presupuesto ajustado, optar por un disco duro sera la mejor opción de todas.
Luego llegan los SSD, o por el significado de sus siglas “Solid State Drive”, que traducido al español es “Unidad de estado sólido”. Son una alternativa a los discos duros. La gran diferencia es que mientras los HDD utilizan componentes mecánicos que se mueven, los SSD almacenan los archivos en microchips con memorias flash interconectadas entre sí. Por lo tanto, casi podríamos considerarlos como una evolución de las memorias USB. No tienen cabezales físicos para grabar los datos, en su lugar incluyen un procesador integrado para realizar operaciones relacionadas con la lectura y escritura de datos. Al analizar detalladamente este sistema de almacenamiento, podemos encontrar grandes ventajas frente a los discos duros mecánicos. A continuación, te hablaré sobre ellas:
– Son más rápidos en leer los datos porque no hay ningún cabezal que tenga que desplazarse por los discos
-Son más resistentes porque no hay partes móviles en su interior
-Requieren de menor potencia para su funcionamiento
-Son mucho más silenciosos
-Y no es necesario desfragmentarlos para reorganizar los datos regularmente
En comparación con los discos duros tradicionales, las unidades de estado sólido son menos sensibles a los golpes al no tener partes móviles, son prácticamente inaudibles, y poseen un menor tiempo de acceso y de latencia, lo que se traduce en una mejora del rendimiento exponencial en los tiempos de carga de los sistemas operativos. En contrapartida, su vida útil es muy inferior, ya que tienen un número limitado de ciclos de escritura, pudiendo producirse la pérdida absoluta de los datos de forma inesperada e irrecuperable. Las SSD hacen uso de la misma interfaz SATA que los discos duros, por lo que son fácilmente intercambiables sin tener que recurrir a adaptadores o tarjetas de expansión para compatibilizarlos con el equipo.
El problema de las unidades SSD era, además del precio tan extremadamente caro que tenían, el lugar que ocupaban, ya que tener una tarjeta de expansión dedicada a un SSD no es precisamente lo mejor. Así es como apareció el conector M.2, que no es más que una ranura ubicada físicamente en la placa base en la que se coloca de forma horizontal un SSD contenido mediante un tornillo. Las ventajas entonces son obvias, mucho menor tamaño ocupando meno–
s sitio la PC y la eliminación de conectores de alimentación propios de SATA.
Las unidades conectadas a una ranura M.2 pueden funcionar de tres formas distintas, o mejor dicho, soporta tres modos de transferencia de datos distintas:
1) Con el protocolo AHCI que usa SATA: para conectar en el M.2 unidades SSD normales que van a trabajar a 600 MB/s. estas eran las primeras versiones de M.2, e incluso en los chipsets menos potentes de las placas base, contamos con al menos una unidad M.2 limitada solo a esta velocidad.
2) Usando una interfaz PCIe con el protocolo AHCI: en este caso estamos utilizando los LANES PCIe que van hacia el procesador, pero a través del protocolo AHCI normal y corriente. Nos permitirá alcanzar tasas transferencia más altas, pero aún no al nivel del siguiente.
3) Interfaz PCIe a través del protocolo NVMe: es el protocolo de comunicación creado especialmente para las unidades de almacenamiento en estado sólido. La gran ventaja que trae este protocolo es que es capaz de utilizar la capacidad multitarea tanto de las CPU como de las interfaces SSD para procesar varias instrucciones a la vez, algo que AHCI no es capaz de hacer. Es así como se utiliza la capacidad completa de los 4 LANES PCIe que llegan a la CPU.
Las unidades M.2 presentan grandes ventajas frente a sus competidores, entre ellas nos podremos centrar en:
-La velocidad de lectura/escritura: actualmente encontramos modelos de SSD M.2 en el mercado con velocidades de hasta 3.500 MB/s tanto en lectura como escritura, lo cual es casi el máximo de la capacidad del bus.
-Tamaño: por razones obvias y ya explicadas, un SSD M.2 es muchísimo más pequeño que un HDD o un SSD convencional.
-Menos consumo y menos calor: al ser tan pequeños, y sin necesidad de elementos mecánicos a altas RPM, el consumo es mucho menor, ya que funcionan a muy poco voltaje. Esto también ayuda a tener menores temperaturas.
-Entorno de hardware más limpio: no es lo mismo tener que sacar dos cables hacia un HDD o SSD Sata que directamente conectarlo en tu placa base y olvidarte.
-Tasa de fallos y seguridad: aunque la unidad M.2 esté llena, la velocidad de lectura y escritura será la misma, y además se ha comprobado que la tasa de fallos en transferencias es mucho menor.